miércoles, 22 de febrero de 2012

Todos tenemos problemas


Un alto ejecutivo
de una empresa americana
se levanta a las seis menos cuarto.
Le ordena a su criada ecuatoriana que le prepare café,
se despide de su amante brasileña,
y manda un sms a su esposa irlandesa,
recordándole que mañana la recoge
en el aeropuerto.
Monta en su coche alemán,
conducido por su chófer hindú
y se dirige a su oficina,
donde envía un fax urgente
a la delegación alemana
exigiendo el despido fulminante
de su director francés.
A las doce come una barita energética,
made in china,
mientras se pregunta
cómo es posible
que su hija no quiera estudiar en un colegio suizo.

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