lunes, 12 de diciembre de 2011

Frustración y felpa



Tu amor es un peluche rancio
con grandes ojos plásticos
que un día vieron cada vil rincón
de mi ciudad oscura.

Tu amor vive entre ratones,
libros amarillos,
madera y telaraña,
en un océano de polvo y horas.
Y sonríe invariablemente.

Y siempre que lo tengo en las manos
sé que dentro de esos ojos
grandes, negros, duros
que miran fijamente a ningún sitio
está todo lo que tú veías
y yo nunca supe
de mi propio mundo interior:
desde cuánto cuesta
una cerveza de alce
en mi taberna de asesinos,
hasta el nombre
del río más contaminado
de mi geografía.

Y yo le pregunto educadamente
pero él nunca dice nada
y esa sonrisita muda me pone enfermo
y entonces me harto del juego
y lo agarro por una pata
y lo volteo en el aire
y le golpeo la cabeza
contra un viejo cabecero de cama que hay
una y otra vez
una y otra vez
y le grito ¡habla! ¡habla! ¡HABLA!
una y otra vez
contra el cabecero.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Geometrías



Imagínatelo por un momento:

yo
con un jersey de lana,
tumbado en la arena
bajo un sol como de desierto
con las manos atadas a la espalda.

Y toda esta arena infinita
pertenece al interior
de un antiguo reloj,
sobre la mesa de un salón
que pide a gritos
una,
o dos,
o tres manos de pintura.
Toda la casa,
el pueblo entero
pide algo a gritos
desde la húmeda desolación
del fondo del valle,
prácticamente olvidado
y rodeado de alambradas
tras la guerra que rodó
por encima del país.

Un país azotado desde entonces
por sequía, incendios, plagas
y niveles peligrosos
de radiación gamma.
Un país en cuarentena,
deshabitado e inerte,
por el bien del planeta.

Y del planeta al sistema,
de la galaxia al universo.

Y detrás del universo,
tú.

Pero el círculo no se cierra
porque no es ningún círculo,
todo es recto y lineal
y yo ni siquiera sé
cómo quitarme este maldito jersey.

viernes, 11 de noviembre de 2011

La garrapata circunscrita



La garrapata
explora pausadamente un pantalón
y descubre una mancha reciente de yogur
perfectamente circular.

Durante un segundo
se detiene en el centro de la mancha
satisfaciendo su hematófaga curiosidad,
y durante ese segundo
la garrapata en el círculo
es la insignia
que llevan bordada en la chaqueta
los soldados de algún escuadrón suicida,
el logotipo de una sospechosa franquicia
de restaurantes de cómida rápida
en Plymouth,
el ojo irritado
de un vendedor de seguros noctámbulo
o la imagen con que se representaba
a Dios
según una misteriosa y antigua
secta centroamericana.

Después
la garrapata echa a andar,
y la mancha vuelve a ser un residuo lácteo
y la garrapata vuelve a ser una garrapata,
de la que valdría más deshacerse
antes de que le muerda a uno.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

lunes, 7 de noviembre de 2011

Retrofábula



Salió de su cueva
y caminó durante días
sobre las nieves perpetuas.

Cuando divisó el poblado
esperó a la noche,
buscó y secuestró a dos niños,
los arrastró a su guarida
y los devoró con ansia.

Poco después vomitó,
dio forma a dos niños
con sus manos peludas
y les devolvió la vida
con un soplo helado.

Los arrastró hasta el poblado,
esperó a la noche
y los dejó en sus cabañas.

Sobre las nieves perpetuas
caminó durante días
y entró en su cueva.

El rebobinable hombre de las nieves
volvía a tener hambre.

viernes, 4 de noviembre de 2011

DesOrientación



No quiero que el gran Yi
derrame sobre mis rudas manos
un torrente infinito de jade.

Ni el poder de danzar
sobre el agua de un estanque
mientras oigo las flores
del loto sagrado
respirar a mi alrededor.

No quiero ser el hombre
al que alaban por sus palabras,
porque no creo
en las palabras de los hombres.

Mi alma solo necesita ver,
tras el largo camino de vuelta,
mi cabaña, allí a lo lejos.

Justo allí,
en ese rincón de tu espalda.

domingo, 30 de octubre de 2011

Geografía emocional



A veces lloras,
y entonces pongo bajo tu cara
muy discretamente
una página cualquiera
de la guía de carreteras
de España y Portugal,
mil novecientos noventa.
Así tus lágrimas caen al azar
sobre pueblos, ciudades,
olivares y reservas naturales.

A veces lloras,
y siempre,
al día siguiente
voy a esos lugares
que tus ojos eligieron,
y pregunto a las gentes de la zona
por qué estás tan triste,
pero nunca nadie sabe contestarme.

Chica, eres todo un misterio.

lunes, 17 de octubre de 2011

Ortopedia necesaria



Le hicieron un transplante de corazón

y ahora le baila en el pecho.

Se lo sujeta con pinzas de la ropa

-rojas y azules, venas y arterias-

pero cada vez que la ve,

todos los días sobre las cinco,

las pinzas caen hasta sus pies

y tiene sólo ocho segundos para colocárselas.


Por eso decidió volver a operarse

y ahora ya no siente nada,

salvo la completa seguridad

de que durante seis o siete años más

vivirá solo con el corazón 'en su sitio'.



jueves, 6 de octubre de 2011

La llamada




“Señora, hay demasiados pájaros en vuestro piano” – Vicente Huidobro

Mientras esperaba que la atendieran
en la tienda de instrumentos musicales
jugueteó con tres o cuatro teclas de un piano,
y por casualidad
sonaron los primeros compases
de un canto ritual
de la selva de Nueva Guinea.

Ella nunca lo supo,
como nadie supo nunca
por qué una semana después
estaba masticando lo que quedaba de su marido
cuando llegó la policía.

viernes, 30 de septiembre de 2011

No me mires así


En mi cabeza hay trenes
llenos de asesinos
que cantan como sirenas,
dioses-gato que cambian
a su antojo
el nombre de los planetas,
montañas de puré de cactus
y nubes de vidrio.

El miedo es a la vez
comestible y depredador,
enormes moluscos deambulan erguidos
por los páramos,
el viento arrastra
pesados bloques de gelatina
y la gente explota cuando se ríe.

¿Acaso querrías tú vivir allí?
Créeme cuando te digo
que te hago un favor
no incluyéndote en mis pensamientos.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Cartografía asfáltica


Ocurre en la ciudad de Asidea
que las manchas de humedad en el asfalto
son mapas mudos de reinos efímeros.

Los Maestros Cartógrafos
las estudian y analizan rápidamente, y ponen
nombres de cabo a lo que parecen cabos
y nombres de montaña a lo que parecen montañas
y nombres de poblado a lo que parecen poblados;
todo con el fin de estar preparados
para aprovechar sus recursos minerales,
descubrir el exotismo de su gastronomía
y forjar ventajosas alianzas políticas
si un día vuelven a aparecer.

Los nuevos mapas son custodiados
bajo dos mil llaves
en la antigua Biblioteca,
desde cuya única ventana
solo se ve, hasta el infinito,
un vasto y sólido océano gris.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Cita con la historia


Sonaron cuernos y tambores
y el general Cormos
lanzó su ataque desde las colinas.
La ciudad casi ni se molestó
en oponer resistencia,
rendida de antemano
ante el poder legendario del conquistador.

Después de la no-batalla
el general se masajeó los pies con vigor,
y canturreó una vieja canción popular
recostado sobre un montón
de mierda de caballo,
que es este que pueden contemplar
en la vitrina a su derecha
y que es todo lo que ha llegado hasta nuestros días
de tan ilustre personaje.

domingo, 11 de septiembre de 2011

11S



Aviones sobrevolaban el cielo de Santiago
y Nixon se felicitaba,
mirando las dos Torres
- perfectas, orgullosas -
recortando el sky line de la vergüenza.
Un disparo atravesó Manhattan
y se hundió en el Hudson,
formando, qué curioso, la figura
de tres gigantes moribundos, destrozados.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Ontología cítrica


Según
los miembros del club de fans de dios
todo forma parte de un gran Plan,
pero esta es la verdad:
dios guarda una naranja en cada bolsillo.

Al morderla
el zumo resbala por sus dedos
hasta que unas gotitas
aterrizan, invariablemente, en su rodilla.
Entonces refunfuña
y va a ponerse otro pantalón,
donde (¡oh divina providencia!)
encuentra la subsiguiente naranja,
y el ciclo vuelve a empezar.

Dios no tiene tiempo para tonterías.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Amor aborigen


Yo tengo un aborigen dentro de ti,
latente.
A medida que yo me debilite
él se irá manifestando, primero
en tus manos, luego
en tu voz, tu piel,
tu gramática, tu tiroides,
tu manera de caminar.

Tengo un aborigen dentro de ti,
esperando.
Cuando solo me queden unos días de vida
aún serás tú, pero comerás bayas
y cazarás pequeños mamíferos
y llevarás pinturas de guerra
y me dedicarás cánticos de curación
en lenguas arcanas.

Tengo un aborigen dentro de ti,
naciente.
Y cuando al fin me vaya
nos iremos juntos:
yo a la nada
y tú a un aborigen
con plena conciencia de sí mismo.

Ahora dime que no es esta la forma de amor más perfecta.

Cerebro reptil



Que me sacas de la cueva

y me llevas a los bares,

olvidando mis quehaceres

y bebiéndome mis males.

Tú, residuo del pasado

que en presente manifiestas,

que es mejor dejarlo todo

y correrse alguna juerga.

Si ves que tal, hoy te escondes,

que es que tengo mucho curro.

Ya mañana, si es preciso,

vamos a conocer mundo.

sábado, 27 de agosto de 2011

Estaba sola

Estaba sola.
Lo supe cuando vi las sábanas mal dobladas.
Se necesitan dos seres para dicha tarea
-las esquinas no coincidían-
No se puede discutir sobre un partido,
en caso de que existiera discusión,
ni estar de acuerdo con otro,
si ese otro no está para doblar las sábanas.
Eso, sí
no se podía decir que estuviera mal acompañada,
siempre y cuando la radio
siguiera funcionando.

martes, 23 de agosto de 2011

Anuncio


Si cada vez que cierras un libro
tu padre se convierte en una mariposa

si tienes la impresión
de que tu sombra viene de algún país nórdico

si en tu casa hay una chimenea
que crepita con voz de tenor

llámanos al 900 319 319.

No podemos ayudarte,
pero nos encantará escuchar tu historia.

jueves, 18 de agosto de 2011

Brft, el árbol parlante



Me cuenta un anciano nacido en el pueblo de Samabad que, cuando era niño, vivió un acontecimiento que pocos recuerdan, pero que fue la causa real de que Samabad desapareciera del mapa. Parece ser que hace mucho tiempo, durante una celebración en el bosque en honor a sus dioses frutales, un enorme árbol habló, diciendo “Hola. Me llamo Brft y tengo 1.600 años.” Y todos huyeron despavoridos a sus casas.

Al día siguiente no se habló de otra cosa. Al principio se rumoreaba que aquello había sido un mensaje de algún dios frutal, a pesar de que aquel árbol no daba fruto; o una alucinación producida por el sonido del viento entre las ramas, o que alguien había llevado a la fiesta algo de comer en mal estado. Cuando todas esas teorías fueron descartándose una por una y todos coincidieron en que, efectivamente, el árbol enorme había hablado con una voz de árbol enorme, se dio otro motivo de debate. No existían referencias de los árboles como especie social, así que nadie sabía decir si eran por naturaleza embusteros, grises y mezquinos; o en cambio alegres, honestos y de carácter afable. Simplemente habían estado allí siempre, quietos. Y con el tiempo, las opiniones fueron dividiéndose. Una vez al mes o todos los días, cuando caía la tarde, algunos se sentaban entre las grandes raíces de Brft y bebían üle y cantaban y le hacían preguntas, esperando un mensaje de liberación, una iluminadora lección de vida, una demostración de poder divino. Pero el árbol no volvió a pronunciar una palabra. Otros, sin embargo, desconfiaban del árbol, viéndolo como un advenedizo en su viejo y válido panteón frutal; preferían evitar el bosque y se reunían en los rincones oscuros de las tabernas, y bebían üle mientras conspiraban contra el gran tronco y sus seguidores. No era extraño que los detractores del árbol fueran, entrada la noche y ya completamente ebrios, a encontrarse en el bosque con aquellos que llamaban despectivamente leposäi, completamente ebrios también, y allí unos increpaban a los otros y se tiraban semillas, luego caracoles y luego piedras pequeñas y luego piedras grandes y luego se producían enormes y sangrientas peleas, dejando siempre varios heridos a los pies de Brft.

Los heridos se fueron convirtiendo poco a poco en muertos, y la ola de violencia que azotó Samabad en aquellos días recorrió ciudades y trascendió fronteras con la misma intensidad que lo había hecho la noticia del árbol parlante. Entonces los peregrinos empezaron a dejar de peregrinar y los turistas descartaban visitar aquella zona. Aquellos cuyas tiendas de souvenirs -con las figuritas de hueso de Brft y las tablillas de barro que rezaban Hola. Me llamo Brft y tengo 1.600 años como productos estrella- no habían sido demolidas o quemadas por los enemigos del árbol tuvieron que cerrar y abrir negocios diferentes en otra región; las familias se llevaron a sus hijos al norte o al sur o al este o al oeste para evitar que terminaran tomando partido en el conflicto, y los viejos se fueron muriendo sin más, porque es lo que hacen los viejos cuando miran al cielo y sonríen y respiran a la vez.

El gobierno llegó a prohibir los viajes a Samabad bajo cualquier concepto, dado que los pocos habitantes que quedaban allí estaban entregados en cuerpo y alma a la guerra: unos vivían acampados junto al tronco de Brft, y hacían turnos de guardia con lanzas y cubos de agua de río para proteger y defender al árbol divino durante las doce horas del día y las doce horas de la noche; otros realizaban continuas incursiones con antorchas y piedras, intentando coger por sorpresa y aniquilar a los leposäi y al árbol pagano. Llegó el día en que el último protector del árbol, que llevaba ya semanas inmóvil en su puesto, entregado a su causa ya sin compañeros ni enemigos (qué sensación curiosa, ganar una guerra y no saberlo), murió de una pulmonía, recostado en una raíz de Brft.

Y Brft se quedó allí, esperando pacientemente que apareciera en el planeta una especie menos estúpida con la que entablar una conversación y sacudirse de encima un poco de hastío arbóreo.




Üle: fuerte licor, que se produce en toda la provincia de Agam, realizado a partir de la destilación de uñas de nutria.

Leposäi: no es traducible. Literalmente, sería algo así como “amigos de todo lo que tenga gusanos dentro”.

domingo, 14 de agosto de 2011

Viene un señor

Viene un señor que dice que tú no molas,
y que disfrutas de las poluciones,
aunque seas alérgico.
Viene un señor que dice, con micrófono y todo,
que no vas a entrar,
que tus calcetines no son blancos
-y amarillos-
que a este club, contigo, no le salen las cuentas
del rosario.
Viene un señor a insultarte
y te pide que le prestes veinte euros
que ya te los devolverá cuando te mueras.

viernes, 5 de agosto de 2011

Cuando se desangra un fregadero

Cuando se desangra un fregadero
pierde su eficacia por sitios insospechados
y hay que abrir, con cautela,
para detectar el punto de la pérdida.
Es como hacerse un análisis,
y que el médico dicte que pierdes sangre,
pero que no sabe por dónde,
hasta que realice los exámenes oportunos
- cuando tenga a bien darle cita-
La misma sensación de mortandad
en forma de charco en la cocina.

lunes, 1 de agosto de 2011

A un olmo deconstruido



¡Colina centenaria de Elm,
la pérdida de Duero! Amarillo pantano
mancha la corteza blanca
y el tronco se come aquí.

Haga su propio trueno en Elm, hendidura
y medio podrido
sol, la lluvia en abril y mayo.
Algunas páginas han sido dejadas por los Verdes*.



* Con mayúscula en el original

lunes, 25 de julio de 2011

Error 400 Bad request


Vivir se ha convertido en una sucesión de momentos raros.
Y la culpa es suya, solo suya.
Del gerifalte mayor, qué inconsciente.
Desde que nos instaló a cada uno esa especie de botón de pánico,
en la cabeza, justo al lado de la oreja izquierda,
no hay manera, oye, de mantener una discusión,
de enfrentarse a una fobia,
de perder los nervios,
de gritar,
de llorar,
solo apretar el botón y apagar a las primeras de cambio.
Me aburro.

Aprendizaje


Una musaraña se acercó al lago
y en el lago había una roca,
y en la roca había una rana.
Se detectaron
y se quedaron quietas
muy quietas
absolutamente quietas
mirándose
sin pestañear
ni pronunciar una palabra.
Y así estuvieron toda la mañana
sin dejar de mirarse
sin moverse un ápice
mientras el sol se alzaba lento
desde las colinas
y solo se escuchaba el obstinado zumbido
de algún insecto.

Solo cuando cada una de ellas
aprendió a guardar silencio
en el idioma de la otra,
se despidieron sin decir nada.
La rana se zambulló en el lago
y la musaraña se fue a buscar
lo que sea con lo que se entretengan las musarañas.

viernes, 22 de julio de 2011

Migraña aura.


Arañazo en la cabeza, zarpazo sensorial.
Un gremlin en mí ha entrado
y ni la luz soporto mirar.
El ruido sólo ensordece
cuando palpita el corazón en mi cabezal.

Migraña arañosa ahora convertida.
Jaqueca que cabalga por mi cuerpo
y despedaza mis entrañas...

Nunca más si puedo te quiero sentir.
Cochina, marrana, cerda americana.


jueves, 21 de julio de 2011

Oda a la radial

Radial, radia ruido raro,


resoluta, en cuanto a obra,


rechinante, en cuanto a oído,


resistente haces el muro,


destrozándome el martillo


-el huesecillo, digo-



Calor debes irradiar,


con la fricción de cien grillos.



Vaya tarde me estás dando,


radial, ruido enloquecido.




(Me están poniendo una puerta nueva en el patio ) :-(

lunes, 18 de julio de 2011

Humedad peruana


La humedad en Perú
tiene algo que la hace distinta,
especial,
y es por ello venerada
sobre todas las demás humedades:
es Humedad Peruana,
y es la única en todo el mundo
que puede ostentar tal título.

Bajo su influjo
la selva crece jubilosa,
las llamas reciben la lluvia
con secreta euforia
y el pan se enmohece dulcemente.
Así actúa.

Si debido a cuestiones geopolíticas
Perú ve su territorio reducido,
la humedad en forzoso exilio
goza de sincero respeto
en su nueva comunidad,
pero termina por volverse huraña y triste
y es poco a poco olvidada.

Y, si por el contrario,
una nueva región pasa a formar parte del país
la nueva humedad es entonces
objeto de inocentes burlas
y cariñosos motes
hasta que su origen se diluye
y es completamente aceptada.

domingo, 10 de julio de 2011

Exceso de azúcar



Los encontraron empompeyados,

abrazados entre cenizas,

Al tocarlos, aún quemaban,

- y eso que llevaban desde el jueves

tirados en la vía pública -

Los japos les hacían fotos,

los barrenderos les quitaban las hojas de encima,

las vecinas colocaban sillas

y hablaban muy bajito.

La policía local

no acertaba a atestar,

y un juez (de la Línea de la Concepción)

se negó a levantar los cadáveres.



Al fin llegó un médico

de la Seguridad Social,

y con toda idem

diagnosticó diabetes súbita

por exceso de mimo

-pero no porque no se movieran

sino porque se querían tanto

que se les obstruyeron las arterias

y se les glucosionaron-


¡Vaya dulce par de bobos!

martes, 5 de julio de 2011

Bajo presión



Que no, 
que así no puedo. De verdad.
Que sí, que ya lo sé,
que no duele,
ni nada.
Pero es que esto no va conmigo, en serio.
Ya veo, para ti es muy fácil...
¿A ver? ¿Puedes repetirlo otra vez?
La verdad es que es muy bonita,
casi perfecta diría yo...
Y grande, además.
Si yo la tuviese así estaría enseñándola todos los días...

miércoles, 29 de junio de 2011

Raro, raro, raro...




A veces, me parece que me odias,


me miras raro,


pero raro de 'esta tía es tonta'


y yo, claro,


te miro raro,


pero porque tú has empezado.



Así que cuando esto acabe


y un juez nos dé la extremaunción


-querría que fuese en latín


para que me mires más raro aún-


pediré curro en un circo


y alimentaré a una familia de enanos.



Más que nada


para que me sigas mirando raro.

lunes, 27 de junio de 2011

Interrupción


¡Paren la boda!
Somos los árboles
y tenemos cosas que decir.

¡Paren la boda!
Sómos los árboles
y hablamos con acento de la piedra.

domingo, 26 de junio de 2011

Danzón atlántico


¿Me concede este baile?

Déjeme adelantarle
que toda negativa será inútil.
Tomaré el baile por la fuerza
si es necesario.

Oh, sí, zambúllase si quiere
y clávese con inaudible estruendo
en el fondo oceánico
tratando de perderme de vista. Típico.
Pruebe, pero le advierto
que aún no se ha construido
ancla que se me resista:
no me importa en absoluto
sumergirme veinte, treinta, infinitos metros
para buscarla en las profundidades.

Y cuando la encuentre
bailaremos,
aunque sea un último danzón
antes de que mi cabeza haga ¡pof!

jueves, 16 de junio de 2011

Disculpas mutuamente




Me pediste disculpas mutuamente,


pero yo debía andar a otras cosas


porque el caso es que te odio


y no recuerdo haberme arrepentido.




Cuando me pediste perdón mutuamente


-ahora lo recuerdo-


yo debía estar en el supermercado,


comprando ventresca en lata


porque las ensaladadas, si no,


me quedan... como que no.




Perdona, Josefina, pero creo


que el mutua está sólo en tu mente.








(lo de 'le pedí disculpas mutuamente' es que lo he escuchado hoy en la tele. Lo juro)

miércoles, 15 de junio de 2011

Lo[v]ectomía



Corta,
acabemos con esto cuanto antes,
y luego,
si tal,
recogemos lo que queda.

Muerte de un robot


Recostado en el tronco de un árbol
el robot muere.

La luz de sus diodos
fluctúa, tiembla, tose;
y sus piernas de metacarbono
están casi cubiertas
por la hojarasca.

Un batallón de hormigas
explora sus juntas
y sus puertos de transferencia de datos
mientras el sol va descendiendo en el horizonte
de su visor TAU-7 Macroquantic.

Con un débil gemido eléctrico
la cabeza cae sobre el pecho.
Todavía puede procesar
una última frecuencia de audio
(ANÁLISIS COMPLETADO. ORIGEN DE LA SEÑAL: tarsiger cyanurus)
antes de apagarse definitivamente.

Rezuma reuma



Mira que se te dijo

desde que tenías dos años y medio.


Esto es hereditario.


Tápate bien por las noches,

no salgas con esa chica,

piensa mal y acertarás,

no bebas tónica después del Baileys,

no bebas Baileys despues de comer,

compra una manta eléctrica,

compra un piso en Alicante,

tómate la pastillita

-la verde...¡la verde!-

reza tres Ave Marías,

aparca el coche el zona azul

- ¡Azul, no verde!-

no escupas el jarabe,

resintoniza el televisor,

no hables con extraños,

a las once en casa...



Y lo único que se te ocurre,

Luis Armando,

es cortarte la pierna

para evitar el reuma.

lunes, 13 de junio de 2011

Activismo sueco


Me preguntas
por qué siempre prefiero
ir una manifestación en Estocolmo
que al cine contigo.
Que qué hago yo allí
si no hablo una palabra de sueco
si no tengo ni idea de qué reivindican,
y si sus problemas me importan un carajo.

Pues bien,
la próxima vez
vendrás conmigo a la torre del ayuntamiento:
desde allí
y a cierta hora,
verás -si estás atenta-
cómo la luz del sol
se refleja en sus miles de cabezas amarillas
y dibuja sinuosas auroras boreales
sobre los cristales de la antigua escuela naval.

viernes, 10 de junio de 2011

Mezquino tiramisú.



Mezquino tiramisú.
Sabes bien, y nos lo haces saber
endulzando nuestra sangre
y engordando nuestras caderas.

Y aún sabiendo, dulce tiramisú
que tu gozo es un rato
y la pena cubre nuestra esperanza después,
ahí sigues tú, tiramisú,
con tu mezquidad, mirándome lascivo.

Yo, que siempre te buscaba,
ahora rehuyo tu imagen, tiramisú
y ahogo mis lágrimas saladas
entre el colchón y la almohada.

martes, 7 de junio de 2011

Obesoforme mon amour



Ancha es Castilla y tú, amor.



Tragando fritanga como si no hubiese un mañana.

Bebiendo chocolate caliente

mientras la nata se derramaba por tus vastas redondeces

-ponle una 'b' si quieres, amor-


Decías 'colesterol' y me tenías a punto,

Yo decía 'triglicérido' y tú empezabas a bailar

- no es tu culpa. Las baldosas están sueltas,

siempre te lo digo. No llores-


Hormonas engordadas artificialmente

por un hombre al que nunca le dieron bien de comer.


Toma, pan. Venga, moja.

El perro no se come, amor,

al menos espera a que esté dormido.




Y ahora que te has ido

- víctima de una peritonitis aguda-

me pregunto dónde coño escondías las madalenas.

lunes, 6 de junio de 2011

Vendo termostato...


Qué manía tienes, caray.
Te empeñas una y otra vez en abrazarme,
aun sabiendo que con cada nuevo contacto mi temperatura corporal sigue bajando.
Y venga,
otro abrazo, y otro, y otro...
un par de caricias, tú sigue robando... total,
me sobran unos cuantos grados más.
Te besaría, lo sabes
pero se me han congelado los labios.

domingo, 5 de junio de 2011

Amor a pre-vista


Atréveme
Ven hacia ti
mójame tus labios con los míos
o con los tuyos

Escríbete en mi piel
con nuestras lenguas
Reclínate sobre ti
Acaríciame con mis manos
y bésate

Hagamos todo eso
y luego me ayudas a buscar mis gafas

viernes, 3 de junio de 2011

Inborrachera consciente



Vaya horas de volver, me espeta el vecino.




Las mismas que tú, al parecer,

le contesto tambaleante

- porque quiero, no estoy tan borracha,

pero él espera el espectáculo,

y yo soy algo payasa-




Ya, pero yo bebo zumos

de papaya vitaminada

con complemento B12

y un toque de vitamina C,

me dice.


Pues, querido vecino,

te quedan muchos años de mentiras

escondidas en las cloacas

de la vitaminosis.



(y es que es verdad: sólo he bebido tres vinos, un Gin Tonic

y un chupito de Chivas Regal (de amable invitación)

Esto no forma parte de la pseudo divagación. Es que he

querido hacer una aclaración... porque sí)

Terror foráneo


El niño sepulturero
arrastra su enorme pala
por el empedrado nocturno de Londres.

A su paso
las persianas se cierran,
las miradas se apartan,
las madres esconden a sus hijos
en desvanes y sótanos.

Alguien grita
desde la seguridad de las sombras:
"¿A qué has venido? ¡No hemos hecho nada!
¡Vuelve a Elche!"
El niño sepulturero
saca una bolsa de sugus
y sonríe.

El Big Ben aún no se ha construido
pero ya está lleno de palomas.

Una amanita preciosísima



El caso es que no tenía hambre

pero cuando vio a la amanita

tan sola entre el resto de inofensivas setas

-probablemente de cardo,

qué insulsas, las pobres-

pensó en la posibilidad

de que sirviese para algo.


Seguro que el mundo micológico

no le hubiera dedicado ni una línea.

Y eso que era preciosísima,

con sus motas pequeñísimas

y su veneno considerablemente letal

- no letal de aburrido,

así como se usa a veces

cuando alguien amenaza con utilizarte de psicólogo. No.

Letal de mortal de necesidad-


Así que le dijo: amanita

hoy saldrás en los periódicos,

sección: intoxicaciones.

jueves, 2 de junio de 2011

"Modus operandi"


-¡Succión! ¡Rápido, succión!- gritó el doctor impotente.
Y ella, tan literal como siempre
sacó una pajita, y comenzó a succionar
la sangre de la verga del enfermo mental.
Cuando hubo finiquitado el sangrado interno,
se relamió los labios suavemente
y le espetó al doctor impotente:
Cuando quiera y como quiera, ¡verga indecente!

Mentirijos


¿Y por qué yo no me siento así?

Me lastiman, y me duele.
Me critican y me hago más insignificante.
Me envidian...
Ah, sí, cuando me envidian
simplemente no lo entiendo...

miércoles, 1 de junio de 2011

El licnobio funambulista


Vivía siempre con miedo a darse un buen trompazo,
si caía desde allí tendría que dejarlo todo, para siempre.
Y dar explicaciones,
y devolver las llaves.
Pensó entonces en su boca y se agarró fuerte a su paraguas,
olió su pelo,
toco su piel,
puso un pie detrás de otro, apagó la lamparita y después
se dejó caer.

Encefalogramita planísimo



Tonto
Es que era muy tonto
pero desde pequeño...
No lo aprendió
Ni lo aprehendió
Ni lo pensó
- porque no podía, es que era tonto-
y cuando a su madre le dieron los resultados
de su encefalogramita planísimo,
como amaba a su hijo tonto
vendió la casa y compró una lupa,
gigantísima,
como... no sé... un mundo...
para que todo el mundo viera
la única neurona de su hijo
dándose contra las paredes
de un cerebro muy chiquito.

Artrosis pirenaica


Cuando despertó
sus brazos eran montañas del tamaño de brazos.
Habló con médicos y con chamanes
y con geólogos y curanderos
y con una urraca muerta.

Buscando una solución que no existía
aprendió poco a poco a convivir
con sus extremidades calizas.
Pero aún hay una cosa que no tolera:
en invierno
diminutos alpinistas con alas
y ojos compuestos
se posan en sus brazos-montañas,
se agarran con sus botas de clavos
y le pican con sus piolets;
y tiene que pasarse el puñetero día
sacudiéndose la nieve.

Lady Stokeworth es disfuncional



Y cuando quiere sonarse la nariz
estornuda hacia dentro.
El doctor Gringhouse le ha dicho que morirá por eso
y por esa manía de enterrar los pies en el brasero.
Lady Stokeworth dice que 'pies para que os quiero'
y que prefiere que se quemen
a que vayan
a un lado equivocado....

¿Y el estornudo?, replica el doctor

Eso es sólo parte de mi disfunción
-¿le visitaría si no la tuviera?-

Y como el doctor Gringhouse está muy solo,
sonríe y le retira todos los pañuelos.

El estúpido antropopiteco ovoide


Al principio me daba pena,
me miraba, estúpido, desde el rincón.
Un día me acerqué,
le acaricié los labios
y entonces me mordió.
Me arrancó el brazo,
se lo tragó mientras me seguía mirando con su cara de pena.
Su estúpida cara de pena.
Estúpido.