domingo, 16 de diciembre de 2012

Resta



A veces me arrancas el alma,
zas, zas, me noto el vacío.
Lo lleno de alcohol por ver si estás vivo
y luego vomito trocitos de ti.

Llega el camión de la basura,
recoge tus trozos, los mezcla en su miasma,
eleva tus restos hasta una farola,
donde yo me apoyo, calmada de ti.

Subo la escalera hasta el cuarto C,
vomito de nuevo los restos de vida,
los dejo apoyarse sobre un escalón
y entro en la morada donde no te encuentro.

Me meto en la cama, suspiro un suspiro
y sale del labio tu vivo recuerdo.
Recojo el olvido, escucho el camión,
y pienso, desnuda... No eres más que un resto.




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