Mezquino tiramisú.
Sabes bien, y nos lo haces saber
endulzando nuestra sangre
y engordando nuestras caderas.
Y aún sabiendo, dulce tiramisú
que tu gozo es un rato
y la pena cubre nuestra esperanza después,
ahí sigues tú, tiramisú,
con tu mezquidad, mirándome lascivo.
Yo, que siempre te buscaba,
ahora rehuyo tu imagen, tiramisú
y ahogo mis lágrimas saladas
entre el colchón y la almohada.
Dios! últimamente solo os da por la comida, reley!
ResponderEliminarQué bueno Corde!
Y a mí que el tiramisú como que no... Eso del café fuera de contexto...
ResponderEliminarM
En realidad el tiramisú es una metáfora... Claro que supongo que no tengo ni por qué explicarlo, no? En fin, un día de esos que no, que va a ser que no.
ResponderEliminarYa te digo, estáis astronómicamente gastronómicas! Yo solo pienso en comer, vale, pero no lo escribo ;)
ResponderEliminar