Ancha es Castilla y tú, amor.
Tragando fritanga como si no hubiese un mañana.
Bebiendo chocolate caliente
mientras la nata se derramaba por tus vastas redondeces
-ponle una 'b' si quieres, amor-
Decías 'colesterol' y me tenías a punto,
Yo decía 'triglicérido' y tú empezabas a bailar
- no es tu culpa. Las baldosas están sueltas,
siempre te lo digo. No llores-
Hormonas engordadas artificialmente
por un hombre al que nunca le dieron bien de comer.
Toma, pan. Venga, moja.
El perro no se come, amor,
al menos espera a que esté dormido.
Y ahora que te has ido
- víctima de una peritonitis aguda-
me pregunto dónde coño escondías las madalenas.
Tengo hambre... ;-)
ResponderEliminarJajajajaja! Maribel y yo nos estamos partiendo. ¡Es muy bueno!
ResponderEliminarSupongo que las madalenas estarán en un altillo al que sólo lograba acceder él. Siempre pasa lo mismo, en realidad es más posesión que otra cosa. :-)
Es ella la que accedía, ella, queridas, ella... Lo escribe un varón :-D
ResponderEliminarM
Ahora entiendo lo de Castilla... ;-)
ResponderEliminarclaro, de ahí lo del avalós: "ahogaré mis penas en tus croquetas"
ResponderEliminarJajaja me encanta esa canción.
ResponderEliminary a mí :-)
ResponderEliminarM